Entrenamiento funcional, una tendencia que llegó para quedarse
Seguramente has escuchado hablar del “entrenamiento funcional”, un término que con el tiempo se ha vuelto bastante popular. Puede ser que te preguntes qué es o en qué consiste exactamente este tipo de entrenamiento. Si ese es el caso, te invito a que sigas leyendo este artículo en el cual trataré de explicarte de manera simple qué es el entrenamiento funcional y cuáles son sus múltiples beneficios.
¿Qué es el entrenamiento funcional?
Generalmente decimos que algo es “funcional” cuando tiene una utilidad práctica, una función, o si se quiere, un propósito. En el caso del entrenamiento funcional la función o propósito es mejorar las funciones diarias y mejorar la calidad de vida de quienes lo practican. Para decirlo de manera simple, el entrenamiento funcional contribuye a que puedas desempeñar mejor las actividades diarias tales como caminar, subir escaleras, recoger objetos pesados del suelo, acarrear las bolsas del supermercado, empujar un mueble, etc. Los ejercicios que se realizan durante este entrenamiento tratan de parecerse a la forma en que trabajan los músculos día a día de manera que los resultados coincidan con nuestras necesidades.
La diferencia fundamental entre el entrenamiento funcional y otros tipos de entrenamientos de carácter más deportivo, es que el primero tiene como objetivo principal mejorar la salud y el bienestar general, mientras que los demás apuntan a mejorar el rendimiento físico en un determinado deporte o disciplina.
Veamos algunas características concretas que definen el entrenamiento funcional:
Se basa en patrones de movimiento, no en desarrollo de músculos
A diferencia del modelo “bodybuilding” que prioriza el crecimiento muscular, el entrenamiento funcional está orientado a entrenar el movimiento corporal, considerando al cuerpo como una unidad. Por esa razón, casi no emplea los tradicionales aparatos del gimnasio, ya que éstos trabajan los músculos de manera segmentada.
Fortifica el cuerpo tomando como base el propio peso corporal
Este punto se relaciona estrechamente con el anterior. El entrenamiento funcional se basa en ejercicios con elementos simples (pesas, kettlebells, bandas elásticas, pelota, etc) o con el propio peso corporal, de manera que puedas mejorar habilidades tales como coordinación, estabilidad y fuerza en relación a tu propio peso corporal.
Pone especial énfasis en ejercitar el core
La palabra “core” proviene del inglés y significa “núcleo”. Tal como su nombre indica, el core incluye un grupo de músculos que constituyen el núcleo de nuestro cuerpo y que abarca toda la región abdominal y parte baja de la espalda. De este grupo de músculos se obtiene la mayor parte de la fuerza del cuerpo; los utilizamos para, por ejemplo, patear una pelota, levantar un objeto pesado o simplemente mantenernos de pie, ya que son ellos junto con la espina dorsal los encargados de sostener el cuerpo erguido. El entrenamiento funcional enfatiza el trabajo del core ya que, como acabamos de ver, es clave para mejorar la capacidad física en general.
Se basa en ejercicios compuestos
Los ejercicios compuestos requieren más de un grupo muscular para su ejecución. Ejemplos: sentadillas, peso muerto, estocada, flexiones. Justamente por esa razón, son los que replican con mayor exactitud los patrones de movimientos cotidianos como tirar, empujar, agacharse, rotar, levantar, etc. Como mencionábamos antes, los ejercicios en los que se trabaja un músculo o grupo muscular aislado no se consideran funcionales, es decir útiles para la vida cotidiana. Tomá por caso el clásico “curl de bíceps” y pensá lo siguiente ¿con qué frecuencia te parás y levantás algo que está al nivel de la cintura utilizando solo los bíceps? Estimo que muy pocas veces. Ahora, ¿con qué frecuencia te colocás en cuclillas para levantar algo del piso? ¿O empujás un portón para cerrarlo? ¿O hacés un movimiento de estocada (o semi estocada) para atarte los cordones? Bastante seguido, ¿no?
Al entrenar múltiples grupos musculares al mismo tiempo, estás ayudando a tu cuerpo a funcionar como un todo, como un sistema, y no solo como partes individuales que funcionan de forma independiente. Y así se evitan lesiones, ya que reclutando varios músculos a la vez y estimulando al cuerpo a funcionar como una unidad, se evita la sobrecarga y eventual lesión que puede suceder cuando se trabajan los músculos aisladamente.
Pensá por ejemplo en el movimiento de levantar una maleta pesada. Si lo hacés de manera incorrecta y simplemente te inclinás en lugar de ponerte en cuclillas o hacer el movimiento de peso muerto, vas a utilizar solo los músculos de la parte baja de la espalda (la zona lumbar). Esto puede causarte dolores o inclusive lesiones de distinto grado. Pero si has realizado entrenamiento funcional, te resultará natural levantar la maleta correctamente, es decir utilizando todo tu cuerpo: te colocás en cuclillas muy cerca de la maleta y la levantás del piso usando glúteos y piernas, manteniendo la espalda recta y activando a pleno la musculatura core.
El hecho de mover tu cuerpo de manera tal que reclute múltiples grupos musculares a la vez, requiere un cierto nivel de coordinación, concentración y fuerza central. Por esa razón, los movimientos compuestos son tan adecuados para desarrollar la fuerza y la estabilidad general.
Además de todos los beneficios descriptos, el entrenamiento funcional brinda también una excelente conciencia cinestésica (conciencia acerca de cómo se mueve el cuerpo) y te enseña cómo moverte de manera segura, lo que repercute positivamente en tu autoestima.
En síntesis, el entrenamiento funcional es efectivo, simple de realizar, económico y, lo más importante, provee la base física para que las actividades cotidianas te resulten más fáciles y puedas hacerlas de manera segura y eficaz. Vale la pena probarlo, ¿no te parece?
¿Realizás entrenamiento funcional? ¡Contanos tu experiencia!
¡Nos vemos muy pronto!
